La novia fantasma
es una novela distinta a todas las que hemos leído hasta el momento.
Lo que
más nos ha impresionado ha sido la diferente cultura. No se trata solo de otra
comida, otra ropa u otros hábitos, es una visión del mundo, de la vida, del más
allá totalmente diferente: los viajes fuera del cuerpo, la quema de objetos
como pase al mundo de ultratumba y, por supuesto, el matrimonio con una persona
fallecida ha sido impactante.
¡Recomendamos
la lectura de La novia fantasma a
todo el mundo!
Nos
veremos de nuevo el próximo 22 de febrero
para comentar
La playa de los ahogados, de Domingo
Villar.
Vuelve, en esta segunda y esperada entrega, el detective gallego de Ojos de agua (Siruela, 2006) Leo Caldas.
Una mañana, el cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la
orilla. Si no tuviese las manos atadas a la espalda, Justo Castelo sería otro
de los hijos del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Pero el océano nunca ha necesitado amarras
para matar. Sin testigos ni rastro de la embarcación del fallecido, el lacónico
inspector Leo Caldas se sumergirá en el ambiente marinero del pueblo, tratando
de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus
sospechas y que, cuando se decidan a hablar, apuntarán en una dirección
demasiado insólita. Un asunto inoportuno para Caldas, que atraviesa días
difíciles: Alba ha vuelto a dar señales de vida, el único hermano de su padre
está gravemente enfermo y su colaboración en el programa de radio se está volviendo
insoportable.